La grana cochinilla de Autlán


Éste espacio muestra el trabajo de rescate histórico realizado con apoyo del Programa de Estímulo a la Creación y al Desarrollo Artístico (PECDA) de Jalisco, en torno al fenómeno económico y cultural generado por la producción y el comercio de la grana cochinilla en la región de Autlán, durante la época colonial.

viernes, 4 de septiembre de 2015

Autlán ¿de la grana?


Ésta es la vieja morada,
el augusto palacio de la grana,
que gusta alimentarse del suave licor
y prolificar abundantemente
en las hojas del nopal...

Rafael Landívar, 1781

La lingüística como se ha podido ver en páginas anteriores, no opera al azar, sino que depende de reglas que garantizan su cabal comprensión. Se aclara lo anterior debido a que el uso de la palabra grana como apellido para la población de Autlán tiene un sentido, el de ser un centro de acopio.
Es importante hacer un alto y analizar las características de los principales productores de grana cochinilla en el México colonial. Por un lado Tlaxcala, con un clima ríspido y no muy fecundo, Puebla con sus contrastes ambientales muy parecidos a la región precedente y Oaxaca con sus regiones de cultivo del insecto, por lo regular en lo que se denominó "zonas serranas".
Sabemos que el único hospedero de la grana cochinilla es el nopal, planta que se caracteriza por crecer en espacios geográficos semiáridos, además, tenemos conciencia de que la humedad tiene un efecto perjudicial en el crecimiento del insecto. Se plantea lo anterior, debido a que la región de Autlán es de temperamento húmedo y cálido, lo que perjudica enormemente las posibilidades de reproducción del insecto (imagen).
Sin embargo, la región tuvo una ventaja sobre otras al inicio de la época colonial, la existencia a pocos kilómetros del Puerto de Navidad, lugar a donde llegaba la famosa Nao de China en busca de intercambio comercial[1].


Primera imagen publicada del insecto 1694


Si bien el puerto de Acapulco se impuso en la misma época como el lugar de desembarco y comercio por excelencia en el océano pacífico, Navidad no dejó de ser un lugar atractivo. Acapulco se encontraba más cerca de la ciudad de México y de Oaxaca, y el control de sus mercaderías era más factible que el puerto de latitudes neogallegas, la grana cochinilla que se exportaba desde ese lugar, pasaba por rigurosos procesos de revisión. La existencia de los jueces de grana en Puebla, Tlaxcala y Oaxaca, pretendía garantizar la pureza y calidad de la grana cochinilla, que dicho sea de paso, luchó desde su aceptación por los mercados internacionales de colorantes, en contra de la adulteración.
Se adulteraban los cargamentos del insecto mediante semilla de cebolla o grana silvestre, cuya apariencia podía engañar a ojos inexpertos.
Pero en Autlán no existían jueces de grana.
La inexistencia de un aparato de estado encargado del control de un producto, que poseía una connotación económica muy fuerte para la corona española, llama nuestra atención en Autlán, porque nos hace pensar en una industria débil, sin embargo, apelamos a la existencia del registro productivo de la región en obras clásicas de la historia, por ejemplo, Humboldt (2002) el afamado explorador de origen alemán que recorrió nuestro país a finales del siglo XVIII, nos cuenta en su obra "Ensayo político sobre el reino de la Nueva España" en el capítulo denominado “La cría de la cochinilla (grana nocheztli)”  acerca de la producción un tanto pobre de la Intendencia de Guadalajara en comparación con la de Oaxaca:

                En la Intendencia de Guadalajara apenas se recogen anualmente 800 arrobas de cochinilla (lo cual equivaldría en la actualidad a 9,200 kilogramos).

El dato es un poco distinto a otro que él mismo proporciona, ya que en su misma obra el capítulo denominado  Nueva España V Intendencia de Guadalajara  nos revela que en 1802 se producían:

                20,000 libras de cochinilla de Autlán ( a 2 ½ reales la libra) (equivalentes a 10,000 kilogramos actuales).  

Es importante señalar, que según los documentos que se pudieron consultar, la "intendencia de Guadalajara", solamente registró en el periodo referido, producción de grana en la población de Autlán, lo que indica, que ambos párrafos hacen referencia al mismo lugar.
No obstante cabe aclarar que la grana de Autlán es la única fuera de la esfera de influencia del altiplano central y el Valle de Oaxaca que es mencionada en las más importantes obras de los científicos y exploradores de finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX , lo que nos permite pensar que su comercio aunque pequeño en comparación con aquellas regiones, era significativo puesto que era digno de ser mencionado entre los principales rubros de producción de Nueva Galicia.
En el siglo XVIII es posible apreciar cierto malestar por el poco aprovechamiento que existe de la cochinilla en latitudes neogallegas, ya que existen las condiciones para tener más abundantes cosechas y según Antonio de Alcedo (1786) afamado geógrafo e historiador quiteño, los habitantes de esta zona prefieren comer fruta y dedicarse a la holgazanería:

                ...(existen) muchos árboles de tunas y cochinilla silvestre que no se benefician; de la fruta sola se mantienen  todo el año los Indios Chichimecas y Guachichiles.

Ese tono de queja amarga, sigue presente en el capítulo dedicado a Nueva Galicia de su Diccionario geográfico-histórico de las Indias occidentales o América, debido a la supuesta apatía ante los muchos recursos existentes, cuando señala:

                ...un tunal hay que solo él tiene mas de 50 leguas de largo, y se podrian coger en él mas de 10 arrobas de cochinilla cada año si se cultivara: los Indios son dóciles é   inconstantes, por el mas leve motivo abandonan el...

Se debe señalar, que la evidencia indica que la población de Autlán fue un lugar más de comercio y de paso del insecto procesado, que de producción, incluso, la inexistencia del entramado administrativo colonial para el control del pago de impuestos, hacía atractiva a la región para el tráfico del producto, además claro, de la posibilidad de obtener mayores ganancias vía la adulteración.
Sabemos gracias a estudios entomológicos recientes, que existen en el continente Americano varios tipos de insectos de la misma familia de la grana cochinilla, sin embargo para objeto del comercio importan primordialmente la grana cochinilla fina y la silvestre.
La grana silvestre fue precisamente la menos favorecida en los mercados, debido a su menor contenido de elemento tintóreo, utilizándose según existen registros, para adulterar el peso de la grana cochinilla fina (Torquemada, 1975).
En este contexto, los pobladores indígenas del occidente de México tenían poca propensión al cultivo de la grana cochinilla, solamente se recogía en estado silvestre de regiones donde existía. Esto puede explicarse debido a la costumbre de los antiguos habitantes de esta región por andar desnudos o con escasa vestimenta, además de la inexistencia de códices en amate o piel de algún animal, que son finalmente los principales productos donde se aplica el tinte.
No obstante lo anterior, al momento de la conquista no existía el desconocimiento por esta industria en la latitud del actual Jalisco, en la región del Valle de Autlán, existía al parecer un comercio de este producto que llagaba hasta el altiplano central, debido a la forma en que era tratado el producto para compactarlo en forma de “panecitos”,  de ello tenemos noticia gracias a la crónica que a principio del siglo XVIII elaboró fr. Nicolás Antonio de Órnelas Mendoza y Valdivia quién nos cuenta acerca de los principales productos producidos en la región:

                En esta provincia (San Salvador de Autlán) tratan con colmenas y cochinilla; de donde sale muchísima cera, grana y carmín para México y Guadalajara.

En este territorio, a diferencia de las zonas productoras predominantes del país, no existían complejos arquitectónicos monumentales (o no se han encontrado hasta el momento), tal vez por no tratarse de una región ceremonial, sino de producción agrícola. Por ello los vestigios arqueológicos no documentan estructuras de construcción bien definidas, ya que, además, los complejos habitacionales eran construidos con productos naturales propios de la región como la palapa, las ramas y la madera (Ramos-Zuñiga, 2006) , además del uso preponderante que se le dio al barro a manera de emplastos con fibras naturales, utilizados para la construcción (Kelly, 1945). Es decir, se trataba de componentes naturales perecederos, que no soportaron el paso del tiempo. Aquí de forma muy probable, no existieron estucos cubriendo grandes pirámides decoradas con murales.
El primer asentamiento habitacional formal a la usanza española se lleva a cabo en la zona central del valle de Autlán, con la fundación del monasterio de San Francisco, en el año de 1543.
Al respecto de tal fundación y sus circunstancias De Villaseñor y Sánchez (1755) nos platica sobre sus circunstancias:

                En el pueblo de Autlán, hay un convento de San Francisco, de la provincia de Xalisco, y sus religiosos administran las doctrinas y santos sacramentos a la feligresía, compuesta de cuatrocientas familias de  españoles, Mestizos y Mulatos y seis de indio. En su recinto se hallan varios ranchos de labor y trapiches de hacer azúcar; Benefician alguna grana en torta y tiene    sementeras de maíz y fríjol, pero su principal trato es de sal .

Esta población fue el único lugar donde se conservó desde el siglo XVI el arte de hacer "panes" de grana (o tortas como lo comenta por escrito De Villaseñor y Sánchez). En la lista de tasaciones de este lugar se describe:

                ...que sean obligados a dar en cada año 1,200 panes de grana del grandor de una medida que los indios dieron, redonda que es de cuatro dedos de anchor.

Todavía durante el siglo XVIII los autlenses  sabían elaborar panes de grana, tradición que se perdió en todo el país. La pasta para preparar los susodichos panes era un secreto comercial, en el proceso de refinación molían la cochinilla y la hervían con alumbre y hojas, el sedimento era moldeado en forma de pastilla o tableta. Esta presentación era muy ventajosa para el traslado del producto, ya que comprimía el contenido y el peso era mayor. Aunque es justo reconocer que la grana de Autlán tenía cierta desventaja contra la producida en otras latitudes, tal vez debido a su situación geográfica, o a la falta de aridez en el terreno (el nopal, planta hospedera de la cochinilla necesita un terreno poco nutritivo), pero la calidad del producto no era tan buena como los comerciantes esperaban, a este respecto en el siglo XVIII el explorador francés Menoville nos cuenta:

                Me enteré que la  cochinilla  que se obtenía de Guaxaca
        era más hermosa que la de Tlaxcala o la de  Guadalajara ...

En el mercado Novohispáno circulaban diferentes calidades y presentaciones para la grana fina como era la grana en polvo, grana fina corriente, grana menuda, grana seca, grana verde y grana sucia. La primera era objeto de cultivo y la segunda crecía y se propagaba sin ningún tipo de intervención humana. La grana fina se reconocía por ser harinosa, estar cubierta de polvo blanco y tener los anillos de su cuerpo bien marcados. La grana silvestre por el contrario, es pequeña y con muchas vellosidades en su cuerpo que impiden ver sus anillos. A pesar  de que la grana silvestre existe en muchas regiones de México, la grana fina era la que tenía mayor aceptación en el mercado europeo por su alto contenido tintóreo, y daba empleo a un gran número de personas.
Oliva (1854) en sus constantes recorridos por las distintas regiones del estado durante el siglo XIX, establece haber encontrado muchas nopaleras con grana silvestre en la región que nos ocupa.
Ninguna otra región del actual estado de Jalisco o sus alrededores informa sobre la existencia de cultivos del insecto, por ello, el apelativo de "Autlán de la grana" fue justo, independientemente de si se trató de uno u otro tipo de producto el que se comercializó desde esas latitudes.










[1] Recordemos que precisamente desde el Puerto de Navidad se descubrieron y colonizaron las Islas Filipinas, que permitieron la apertura de nuevos mercados.

jueves, 12 de marzo de 2015

Más imágenes de la grana cochinilla
 
 
 
 
 

Primera imagen publicada de la grana cochinilla
 


 Hartsoeker, Nicolas. (1694) Essay de dioptrique. Paris: Imprimiere royale

 

Un poco de geografía e historia

 
 
En México recogen la cochinilla que se cria sobre las plantas
 que llaman higuera de Indias, nopal, ú opuntia, y raquette,
estas plantas dan unos frutos semejantes á nuestros higos
 la orina de los que los comen sale teñida de color rojo
 y es verosímil que á la cochinilla
 la comuniquen la propiedad que tiene para la tintura.
 
Jean Antoine Chaptal 1794
 
Pongamos ahora un poco de atención en el espacio geográfico que nos ocupa, y veamos su forma de participación en ese fenómeno comercial.
Aunque habrá que hacer algunas precisiones de historia y geografía.
Según Munguía (1969), Autlán se deriva de las raíces náhuatl, "atl" (agua), "ohtli" (camino o canal) y "tlan" (lugar de ó cerca de) y su significado es: "junto al camino o la zanja de agua".
Se cree que la fundación prehispánica que daría cabida posteriormente a la villa en formato europeo data del siglo VII, con la migración a la zona de familias nahúas[1] de procedencia  probablemente tolteca, quienes dejaron vestigios de algunas poblaciones al sureste del actual asentamiento, junto al riachuelo denominado “la zanja”.
La información sobre la época prehispánica de la región es muy pobre, debido a que no se había desarrollado aún ningún tipo de escritura, o por lo menos no ha llegado hasta nosotros, lo que sabemos actualmente tiene como sustento el trabajo arqueológico (como el realizado por Isabel Kelly), y las crónicas tempranas de los propios habitantes europeos de la región, que dejaron muy poca evidencia.
Sabemos que para 1510 el señor de Autlán Capaya o Copatzin, junto a otros señores poderosos de la región, participó en la llamada "guerra del salitre" donde derrotaron al poderoso ejército tarasco.
También Capaya, al mando del rey Colimán y con los señores de Amula y Jocotlán, derrotó a los españoles, primeramente al mando de Juan Álvarez Chico y luego de Gonzalo Sandoval enviados por Hernán Cortés a la conquista de estas tierras, en dos sucesivos combates, siendo hasta el tercero en que finalmente cayó vencido.
En la actualidad no existe duda de que la población de Autlán pertenece al estado de Jalisco, sin embargo, inmediatamente después de la conquista y en los albores de la vida colonial, el problema sobre la pertenencia a una región precisa fue complicado, ya que, el burocrático control que se ejercía desde España fue siempre un dolor de cabeza.
Al inicio de la dominación española, Autlán perteneció a lo que fue bautizado como la "Provincia de Ávalos[2]", la cual pertenecía jurídica y territorialmente a Nueva España.
La Provincia de Ávalos fue una microrregión colonial temprana que no pudo sobrevivir a esa etapa formativa. La cuenca de Sayula era el epicentro de la misma, sin embargo abarcó buena parte del sur de Jalisco y Colima, y sucumbió al embate de la Nueva Galicia (Arévalo, 1979).
 
Mapa de Herrera y Tordecillas 1622
 
El 23 de diciembre de 1541 el Rey de España concedió la anexión de la provincia de Autlán a los reinos de Jalisco y Tonalá, para formar la Nueva Galicia, convirtiéndose en alcaldía Mayor en 1562.
Para marzo de 1824, Autlán constituyó uno de los 26 departamentos que se dividió provisionalmente el territorio del Estado de Jalisco; en esa misma fecha se le concedió el título de Villa a la población.
Para 1837, Autlán de la Grana era cabecera del primer Partido del Distrito de su nombre; en 1846 Autlán de la Grana pertenecía al Sexto Cantón con capital en Mascota; y en Junio de 1870, al erigirse el Décimo Cantón con cabecera en Mascota, volvió a ser Autlán la cabecera del Sexto Cantón. Por decreto del 16 de junio de 1853 se dispuso que se establecieran ayuntamientos en las poblaciones que eran cabeceras de los cantones en que se dividió el estado, entre ellas se considera a Autlán.
El 27 de julio de 1939 y por decreto, la población de Autlán de la Grana llevaría en lo sucesivo el nombre de Autlán de Navarro en memoria del General y maestro Paulino Navarro, nacido en el municipio.
No fue sino hasta enero del 2006, que el ayuntamiento constitucional, previa autorización del congreso del estado, le devuelve el nombre de Autlán de la grana a la cabecera municipal, aunque el municipio continúa llevando el nombre de Autlán de Navarro.
 
 
 
 



[1] Recordemos que el término nahúas no hace referencia a una sola cultura, sino al manejo de un idioma en común por varias civilizaciones, tal y como sucede en la actualidad con el idioma español.
[2] Nombrada así en honor a su conquistador Alonso de Ávalos, y que abarcaba buena parte del sur del actual Jalisco y parte de Colima.

martes, 6 de enero de 2015