¿Grana o cochinilla?
...pero
aun se duda mucho sobre su naturaleza,
pues
unos quieren que sea cierta especie de gusanillo,
y
otros el fruto ó grano de un árbol.
Diario noticioso universal, 1760
La
grana cochinilla es un insecto parásito del nopal, cuyo cuerpo produce ácido
carmínico en un elevado porcentaje. Éste componente tiene la virtud de servir
como colorante para obtener distintos matices de tonalidades rojas, aplicable a
una enorme variedad de elementos, desde alimentos, hasta textiles.
Sin
embargo, la certeza sobre su origen animal fue algo que tardó varios siglos en
esclarecerse.
Si
hacemos caso de la obra de fray Bernardino de Sahagún (1989), uno de los pioneros en el registro metódico los recursos
naturales de Nueva España, el primer nombre con que se le conoció a la grana cochinilla
por parte del europeo después de la conquista, fue el vocablo náhuatl
"nocheztli", cuyo significado es “sangre de tuna”.
Es
preciso señalar, que desde el propio siglo XVI, se asocio al nombre de raíces
nahuas con otro traído por los españoles "grana", para ser conocida como
“grana nocheztli” (Sahagún (1989; Humboldt, 2002), denominación que tuvo
vigencia entre los siglos XVI y XVIII.
Varios
autores (Alzate, 1777; Río y Dueñas, 2006) señalan que el vocablo grana,
procede de la palabra latina “granum” cuyo significado es grano, tal aplicación
del vocablo obedecía a que al momento de preparar al insecto para ser
comercializado, se aprecia en estado reseco y guarda un parecido enorme a una
semilla (Clavijero, 1990; Presas, 1825), situación que aprovechó la autoridad
real española, ya que, fomentando la confusión fortalecía un monopolio sobre
la producción que se impulsó desde la
primera exportación del producto en 1523 (Pluche, 1785).
Muestra
de la efectividad del desconcierto producido por el nombre son algunos textos
del siglo XVIII (Menonville, 2005), donde encontramos referencia al intento por
sembrar grana cochinilla en viveros europeos, fundamentalmente franceses e
italianos, acompañados de fracasos rotundos, dado que se trata de un insecto
muerto y desecado (es preciso decir que además de la apariencia se semilla, la
grana cochinilla tiene un tamaño muy pequeño, que a simple vista no deja en
claro su procedencia animal, a menos de que nos auxiliemos de una lupa o
microscopio).
El
nombre de “cochinilla”, es el que genera un poco más de polémica, ya que,
existen autores (Hernández, 1888; Ramos-Zúñiga, 2006) que señalan su
procedencia igualmente de la lengua latina, específicamente de “coccinum” que
significa “escarlata”.
Sin
embargo, la anterior etimología a diferencia de la primera, cuya raíz latina es
muy similar a la palabra aplicable en español, requiere por un lado del
conocimiento de la mencionada lengua, además de su fácil popularización.
En
ese contexto Menonville (2005), naturalista de origen francés que estudió al
insecto en el siglo XVIII, estableció que el origen de tal nombre es su parecido con las “mariquitas”, nombradas en
francés “cochenille”, lo cual parece poco probable por la compilación
lingüística, misma que se observa en el caso del uso del latín.
Refutando
las etimologías latina y francesa para la
palabra cochinilla, también en el siglo XVIII el trabajo de Alzate
(2003) establece que se le nombraba de esa manera al bicho, debido a su
parecido con algunos insectos que viven en los espacios húmedos y oscuros (Porcellio
scaber o cochinilla de humedad, presente en la mayoría de los jardines de
México), conocidos con el mismo nombre, de hecho, no es el único autor que
señala tal similitud y origen del término (Clavijero, 1990; Carletti, 2002).
Es
de destacar, que era común el uso de los términos grana y cochinilla dentro de un
mismo texto para describir los estados de evolución del insecto como producto. Por ejemplo, se empleaba la palabra
"cochinilla" para hablar del
insecto vivo, y "grana" para referirse al mismo ya muerto y listo
para ser comercializado (Sahagún, 1989; Presas, 1825; Alzate, 2003).
A
éste respecto podemos concluir, que el uso de la palabras grana y cochinilla históricamente
no dependía del azar lingüístico, sino que obedecían al estado del insecto,
cuando se hablaba de él como ser vivo el término adecuado era “cochinilla”,
cuando se hacía necesario un término para hablar del producto comercializable
ya procesado lo correcto era utilizar “grana”.
Ahora
bien, la forma correcta de denominar al insecto, basándonos en su evolución
lingüística y cultural es: "grana cohinilla".